dissabte, 24 de juny del 2017

CÓMODO, EL EMPERADOR Y VENATOR

 


Escrito por María Engracia Muñoz- Santos, graduada en historia y doctoranda de la Universidad de Valencia,  autora del ensayo Animales in Harena


Cómodo representado como la reencarnación de Hércules

Lucio Aurelio Cómodo Antonino nació el 31 de agosto del 161 d.C.  Sus padres fueron Marco Aurelio y Faustina la menor.  El emperador murió el 31 de diciembre del 192 d.C.   Del 177 al 180 gobernó junto a su padre, hasta que Marco Aurelio murió y entonces comenzó a hacerlo en solitario, gobierno que se desarrolló desde el 180 al 192. Se le ha calificado y conocido posteriormente como paranoico y descontrolado.  La historiografía tradicional ha considerado que en su locura llevó a Roma a una de sus mayores crisis.

Cómodo, como todos lo conocemos, era un apasionado de los espectáculos, hasta el extremo de participar en ellos a pesar de que esto significara enfrentarse al Senado y caer en infamia. Son conocidas su incursiones en el mundo de los gladiadores, pero no tanto sus hazañas de cazador de animales en los espectáculos o venator, que era como se denominaba a estos atletas: “Cómodo entonces, ya sin ningún freno [tras la muerte de Marco Aurelio], ordenó la celebración de espectáculos públicos, anunciando que daría muerte con su propia mano a todo tipo de animales salvajes y que como un gladiador se enfrentaría a los jóvenes más fuertes.” (Herodiano, Historia del Imperio romano I, 15,1).  Fue tal su pasión por estos espectáculos que corría el rumor de que realmente no era hijo de Marco Aurelio, sino que su madre había tenido una relación con un gladiador (Historia Augusta, «Vida de Marco Aurelio», XIX).

Como podéis imaginar, el venator y gladiador Cómodo, siempre salía victorioso de sus luchas, incluso Dion Casio comenta que sus contrincantes eran drogados y él luchaba con mejores armas. Los autores nos dicen que llegó a pelear unas 700 veces. Mataba en la arena a animales, gladiadores, soldados mutilados o moribundos.  Incluso llegó a vivir en un ludus (escuela de gladiadores) como uno más: comiendo, entrenando y durmiendo con ellos… 
Las venationes

Pero vayamos por partes…
Los Antoninos se instalaron en el poder tras el asesinato de Domiciano en el 96 d.C. Se trata de la dinastía más longeva que terminaría con Cómodo tras 96 años de reinado. Es interesante observar que Trajano, Adriano y Antonino Pío no tuvieron descendencia, así que la forma de pasar el poder fue por meritocracia, es decir, por su capacidad para gobernar, aunque todos tenían lazos de sangre. Marco Aurelio fue el primer emperador de la dinastía que sí tuvo a quién dejar en herencia el poder. Cómodo fue el primer emperador porphyrogenita (literalmente "nacido en la púrpura") ya que su padre era emperador cuando él nació. Roma, el Senado y el ejército aceptaron de forma natural la herencia que le dejaba su padre.
Sabemos por Dion Casio que el príncipe en sus primeros años de vida era un niño sencillo y tímido.  Pero pronto cambió y empezó a disfrutar de los placeres de la vida ociosa. Con el tiempo se convirtió en caprichoso, cruel y libertino.  A los doce años, cuenta el mismo autor, exigió que se ahogase en la bañera al esclavo encargado del baño porque su agua estaba demasiado caliente. Algunos autores han justificado el comportamiento de Cómodo por tratarse de un niño malcriado, mimado y al que se le daban todos los caprichos.  
Lo cierto es que las obligaciones de palacio llegaron muy pronto para él, su padre, Marco Aurelio, lo promovió como César a la edad de cinco años y lo hizo co-emperador a la de dieciséis.  Cómodo en ese momento no reinaba, pero seguía a su padre durante sus viajes y campañas militares, Marco Aurelio quería hacer de él un buen soldado y emperador y, para ello, tenía que acostumbrar a los soldados a su presencia.  Eran tiempos convulsos, las fronteras del imperio estaban constantemente amenazadas por alamanes, sármatas y partos. En uno de estos viajes el emperador murió, era marzo del 180, y fue durante una campaña frente al Danubio. A continuación, como marcaba la tradición imperial, Cómodo se presentó frente a las legiones que lo jalearon y lo reconocieron como su nuevo emperador. Nadie desafió a su adhesión, su padre había preparado cuidadosamente su futuro con una activa propaganda a su favor.
Cómodo tenía prisa por volver a Roma.  Así que negoció la paz con los germanos, lo que le valió la frase lapidaría de Dion Casio “El reinado de Cómodo marcó la transición de un reino de oro y plata a uno de óxido y hierro” (Historia Romana 72.36.4) por ser un periodo de despreocupación respecto a las conquistas y engrandecimiento de Roma.  El 22 de octubre del 180 entraba triunfante en Roma.  
Al principio, el joven Cómodo se rodeó de senadores amigos de su padre, que lo ayudaron a gobernar. Pero pronto prefirió la compañía de los cortesanos. Al nuevo emperador no le interesaban las obligaciones administrativas de su puesto, así que las delegaba en sus funcionarios.  Uno de ellos, Perenio, era prefecto del pretorio, un soldado talentoso y ambicioso que pronto se deshizo de los asesores de Marco Aurelio para asumir él todo el poder.   
Lucila, la hermana de Cómodo
Fue en el 182 cuando Galeria Lucila, la hermana mayor de Cómodo, se encontró en medio de una conspiración contra su propio hermano. Era viuda de Lucio Vero, co-emperador con su padre Marco Aurelio, y por tanto emperatriz y Augusta.  A su muerte se casó con Pompeyano.  Lucila aspiraba a convertirse de nuevo en emperatriz. Sus amantes Cuadrato y Quintiniano fueron los ejecutores de un complot para matar a su hermano y hacerse ella con el poder. Para deshacerse de Cómodo planearon lo siguiente: el senador Quintiniano tenía que esperar en un pasillo donde debía darle un golpe fatal. Sin embargo, el que debía ser el asesino se entusiasmó y exclamando en un gesto dramático "¡Esta es la daga que te envía el Senado!”, lo que dio tiempo al guardaespaldas de Cómodo a actuar y frustrar el complot.  Cómodo no volvió a confiar en los senadores y muchos fueron ejecutados. Lucila, por su parte, se exilió en Capri antes de ser asesinada. Perenio fue acusado de conspirar contra el emperador y fue condenado a muerte durante el año siguiente. No fue el único intento de asesinarlo, pero solo el del 191 consiguió su objetivo, nueve años después.  
Mientras tanto, las locuras de Cómodo se multiplicaban y su pasión por el mundo de la arena era una de ellas.  Actuó como venator en el anfiteatro matando fieras.  Cuentan las fuentes que era zurdo y tenía una puntería excelente: una vez abatió avestruces mauritanas con una flecha con punta en forma de media luna, con ellas les cortaba el cuello y el animal seguía corriendo decapitado; otra vez salvó a un hombre que iba a ser devorado por un leopardo al que mató desde lejos con un dardo; en otra ocasión le soltaron cien leones a la vez y el emperador terminó con todos ellos, sin fallar ni un solo flechazo; en otra ocasión traspasó a un elefante con una lanza; en otra abatió a un tigre y en otra más terminó con un hipopótamo.  Alardeaba siempre de su buena puntería. 
Su locura por estos espectáculos llegó a ser de tal magnitud que levantaron estatuas donde era representado como Hércules. Se imaginaba a sí mismo como un semidiós, con un gran físico y protector de Roma.  Se consideraba la encarnación del héroe, y como hijo de Júpiter que era, portador de un nuevo orden. Quiso construir un Imperio nuevo basado en su imagen: cambió el nombre de Roma por el de “la inmortal y próspera colonia Lucia Ania Comodiana”, también el nombre a los pretorianos que ahora eran llamados “comodianos hercúleos”, tuvo su propio “día de Cómodo” y el senado pasó a llamarse “Bienaventurado Senado Comodiano”.
Un personaje así no podía morir de forma pacífica, por supuesto.  A finales del año 191 d.C. se inició un incendio en la ciudad que destruyó gran parte de la misma.  Las llamas llegaron al foro republicano y arrasaron el templo de la Paz y el de Vesta.  Nadie supo nunca como había comenzado el fuego: ¿Un rayo? ¿Un terremoto? Como los romanos eran tan supersticiosos, pensaron que los dioses los estaban castigando por las locuras de su emperador.  Unos cuantos senadores organizaron un nuevo complot. Tenían que deshacerse del emperador antes de que los dioses volviesen a castigarlos.  Además, después de trece años de gobierno, Cómodo había dejado vacías las arcas del Imperio con sus caprichos y la participación como venator/gladiador en los juegos.  A ello se añadía que su excesiva pasión por participar en los espectáculos que no gustaba a los senadores.  Fue excesivo que en el 192 anunciase su nombramiento como cónsul y gladiador, al mismo tiempo.
El asesinato de Cómodo

La nueva conspiración fue orquestada por el prefecto Laeto.  El objetivo era reemplazar al emperador por uno nuevo, Pertinax.  El 31 de diciembre Marcia, amante de Cómodo, envenenó su comida, que el emperador vomitó.  Acto seguido se dirigió a darse un baño.  Los conspiradores no podían dejar pasar la oportunidad, más que nada porque se jugaban el cuello, pues era seguro que Cómodo pronto tomaría represalias.  Así que mientras se daba el baño, el liberto Narciso lo estranguló en la bañera.  Solo como apunte: recordemos lo que hizo a los 12 años, parece que el destino le devolvió la jugada.
Al día siguiente el Senado declaró a Cómodo enemigo del Estado y lo condenó a la damnatio memoriae.  Tras su muerte todo en Roma volvió a recuperar la tranquilidad, cambió de nuevo su nombre por el tradicional, se tiraron las estatuas del difunto, su nombre se eliminó de todos los lugares y su cuerpo se enterró en el Mausoleo de Adriano.

Otras colaboraciones para Arraona Romana:

Y su ensayo: 

http://arqueologiaenmijardin.blogspot.com.es/2017/01/libro-animales-in-harena-los-animales.html